Lectura del santo Evangelio según San Marcos
En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús:
–Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús dijo:
–Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o
tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas
y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad
futura, vida eterna.
Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros. (Mc. 10, 28-31)
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Cien veces más aquí, y vida eterna en el futuro. Buen salario, sin duda, pero matizado
un poco. Cien veces más aquí, pero no en casas y hermanos y madres y tierras. Si fuera
así, ¿para qué tendríamos que dejar las que teníamos? Es sólo un símbolo. Se trata de
dejar satisfacciones pequeñas por otras mayores. Jesús es ambicioso: no os conforméis
con esas cosas, hay mejores satisfacciones. Y además el reino futuro, que no podemos
nunca ni imaginar. Sin embargo, a pesar de esta promesa, no trabajamos en el Reino
para que nos paguen. Trabajar por el Reino es mejor que cualquier paga
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