Martes 28 de junio de 2011. Misa vespertina de la Vigilia de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Apóstoles.

Lectura del santo evangelio según san Juan

Después de aparecerse a sus discípulos y de comer con ellos, Jesús dijo a Simón Pedro:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
El le contestó:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
— Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
— Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
El le contesta:
— Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
El le dice:
— Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
— Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
— Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
— Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió:
— Sígueme.»  (Jn. 21, 15-19)

———- ooo ———-

Nuestras lecturas abandonan hoy a Pablo para quedarse sólo con Pedro, y no hay otra fiesta dedicada a Pablo (si su conversión). Pedro conoció a Jesús cara a cara. No sabemos que esto mismo sucediera con Pablo, aunque vivió en Jerusalén en tiempos de Jesús como discípulo de Gamaliel. Desde luego estaba en Jerusalén en el invierno del año 36, cuando fue testigo y cómplice de la lapidación de Esteban y persiguió con saña a los seguidores de Jesús. Luego, Jesús mismo lo llamó para apóstol, no “uno de los doce”, sino “enviado”, tan enviado por Jesús como los Doce.
Se tropezó pocas veces con Pedro. Quizá sólo un par de veces en Jerusalén, cunado Pablo visitó a los testigos para confrontar su fe y en el famoso “Concilio de Jerusalén”, en el que se prescindió de los ritos judíos para admitir a los gentiles en la Iglesia. Más tarde, Pablo mismo cuenta en la carta a los gálatas, que tuvieron un encuentro desagradable en Antioquia, cuando Pablo reprochó a Pedro su conducta respecto a lo mandado en el mismo Concilio. Pero la vida acabó juntándolos. Según una tradición muy antigua dieron la vida por Jesús en Roma, hacia el año 64, casi con seguridad en la persecución de Nerón.

Sobre admin