Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.» (Mt. 5, 13-16)
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El discípulo debe ser luz que ilumina la tiniebla y ciudad en lo alto del monte, que ofrece un punto de referencia. El tercer símil, la sal, es más complejo, por tratarse de un ingrediente que concentra tres significados. El primero y más explícito es el de dar sabor y representa metafóricamente al cristiano que logra explicar el sentido de la vida por medio del Evangelio; el segundo es el de la purificación, que implica luchar contra el mal y corregir todo defecto; finalmente, la sal era un símbolo de la alianza, o sea, del mejnor modo de recapitular todo en el amor de Dios.
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