Martes 8 de marzo de 2011. 9ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura del santo Evangelio según San Marcos

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
–Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuestos al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó:
–¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.
Se lo trajeron.
Y él les preguntó:
–¿De quién es esta cara y esta inscripción?
Le contestaron:
–Del César.
Les replicó:
–Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.
Se quedaron admirados. (Mc. 12, 13-17)

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A Dios lo que es de Dios. ¿Qué es de Dios? Todo, todo es de Dios. No se puede separar lo que es de César y lo que es de Dios. Hasta el César es de Dios. Jesús no da doctrina sobre lo sagrado y lo profano, sobre lo civil y lo religioso. Jesús se escapa de aquella pregunta trampa, les deja sin palabras, y admirados porque pensaban que lo iban a pillar para poder acusarle. Jesús les llama hipócritas, aunque la palabra más apropiada sería “farsantes”. Jesús, el que acoge a todos, el que perdona siempre, el amigo de pecadores, es absolutamente intransigente con los que se dicen religiosos pero mienten y no tienen su corazón en Dios.

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