Lectura del santo evangelio según san Juan
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.» (Jn. 14, 27-31a)
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Este es el llamado “discurso después de la Cena”. El creyente, privado de la presencia del Señor, corre el riesgo siempre de estar turbado, por eso Jesús trata de animar a sus amigos, consolarlos y confortarlos: “Yo me voy…” pero “Yo vengo…”, velado anuncio de su Muerte y de su Resurrección. La paz de Jesús, la que tiene y nos da, proviene de su amor filial y obediente al Padre: “así hago Yo”. Ese es el secreto de la verdadera paz interior, que no es como el mundo la da.
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