Lectura del santo Evangelio según San Mateo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–« ¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado.
Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.». (Mt. 18, 12-14)
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Y si el Padre Todopoderoso no quiere que ninguno se pierda ¿podrá perderse alguno? Volvamos a recordar la oración que hacemos en la Eucaristía, antes de la comunión: “Y cuando termine nuestra peregrinación por este mundo, recíbenos también a nosotros en tu Reino, donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu Gloria”. Todos juntos en el banquete definitivo: si falta alguien, ¿cómo podrá ser feliz nuestro corazón y sobre todo el corazón de su Madre?
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