Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
–«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron:
–«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó:
–«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
–«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
–«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.» (Mt. 16, 13-19)
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¡Qué curioso! A propósito de la misma escena, Marcos narra la terrible reprimenda de Jesús a Pedro, y Mateo la entrega de las llaves, signo de poder: Más todavía: versículos más tarde (Mt. 18, 18), se lo dice en plural: “Todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo”. ¡Ni siquiera se lo dice a los Doce sino a todos los discípulos! Una buena lección, para que no leamos los evangelios sacando inmensas consecuencias de un solo texto. Es todo el conjunto el que nos dará idea de lo que dice Jesús.
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