Martes 23 de julio de 2013. Santa Brígida, religiosa, Patrona de Europa

Lectura del santo Evangelio según San Juan

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vida ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, Como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis Palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos». (Jn. 15, 1-8)

 

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La tendencia a pensar que podemos hacerlo todo nosotros, sólo nosotros y para nosotros, entra en crisis cotejándola con esta enseñanza de Cristo. Cuando contamos con Él, lo consultamos, buscamos su palabra, aguardamos el silencio de la oración para conocer su voluntad y ajustamos nuestra vida a su querer divino, entonces sí, nuestra vid dará frutos, de lo contrario, corre el riesgo de ser estéril y fallida. Debemos aprender bien eso de: “sin mi no podéis hacer nada”. Quiero ponerlo en práctica hoy.

 

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