Lectura del santo Evangelio según San Mateo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
–No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos. (Mt. 7, 6.12-14)
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Se habla de puertas y caminos. De los que dan a la perdición, se dice que son “anchos” y “espaciosos”. De los que dan a la vida, se dicen que son “estrechos” y “angostos”. Y oyes la advertencia: “Entrad por la puerta estrecha”. La fe te ha indicado la puerta, pues has creído al que te dijo: “Yo soy la puerta”. La fe te ha abierto el camino, pues has creido al que te dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. ¿Por qué, si Cristo es la puerta y el camino, de la puerta se dice que es estrecha, y del camino se dice que es angosto? Ancho es ser servido, estrecho es servir; ancho es ser primero, estrecho ser último; ancho es odiar, estrecho es amar; ancho ser del mundo, estrecho ser de Cristo.
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