Martes 29 de diciembre de 2015. Día V dentro de la Octava de Navidad

Lectura del santo evangelio según san Lucas

 

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.»

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

–«Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.

Simeón los bendijo, diciendo a María su madre:

–«Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»  (Lc. 2, 22-35)

 

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En aquel tiempo, Simeón tomó en brazos al Niño y sus ojos vieron el sacramento de la salvación que venía del Dios de Israel; Simeón tenía en sus brazos la luz de las naciones, la gloria del Pueblo de Dios; con aquel Niño, había llegado para el justo la paz en la que ya podía morir. Hoy, Iglesia que celebras la Navidad, ha amanecido para ti un día santo, ha bajado a la tierra una luz maravillosa, ha nacido el que es la luz del mundo. Hoy has conocido el amor más grande, la pasión de Dios por ti, pues tanto te ha amado que te ha dado a su único Hijo. Hoy te visita, porque te ama un Sol que nace de lo alto. Hoy te iluminará la luz de Dios si amas a tu hermano.

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