Santa Cruz plantea llegar a la Campana por el Salvador

La decana del Martes Santo revoluciona su recorrido

Recorrido ‘revolucionario’. ¿Se imaginan a los enlutados nazarenos de Santa Cruz descendiendo por la doble hilera de naranjos de Mateos Gago y bordeando la plaza de la Virgen de los Reyes por la acera del Palacio Arzobispal para enfilar la calle Placentines en su camino hacia la Campana a la par que por la Puerta de los Palos sale la cofradía de Los Estudiantes y vira hacia el Triunfo para iniciar su regreso al Paraninfo? ¿Se imaginan al Crucificado de las Misericordias y a la Virgen de la Antigua proyectando sus sombras sobre los encalados muros de la estrechez de Placentines? ¿Pueden figurarse a la cruz de la Cerrajería de la plaza de Santa Cruz que la cofradía decana del Martes tiene por emblema y Cruz de Guía siguiendo por la calle Francos la estela de palio de San Esteban? ¿Y a los altísimos candelabros de forja que iluminan el misterio del Stabat Mater tremolando en la inmensidad de la plaza del Salvador? ¿Acaso pueden fantasear evocando al palio neorenacentista de la Virgen de los Dolores perdiéndose a lo lejos por Cuna a los sones de Tejera? ¿O imaginarse al fiscal de Cruz, espigado y recio, con las manos superpuestas sobre el palermo en la esquina de Alfonso XII con el Duque mientras ve adentrarse al palio del Dulce Nombre en la Campana? ¿Y luego, ya el cortejo fuera de la Catedral, sobrepasada la medianoche, se imaginan al Cristo de Santa Cruz regalando a los cofrades su clásico recorrido por la Alcazaba en busca del encuentro anual con su retablo de la plaza de la Alianza? No es Semana Santa ficción. Si los hermanos le dan el visto bueno en el cabildo general de salida, éste que le adelantamos aquí será el itinerario de Santa Cruz en 2012.
Los datos. Este recorrido permitirá a la cofradía de Mateos Gago retrasar su salida en una hora y 15 minutos, todo un alivio para un cuerpo de nazarenos maduro en edad que, debido a la siempre conflictiva configuración del día, se veía obligado a dar un inmenso rodeo de casi cuatro horas por tierra de nadie para llegar a la Campana. La entrada, por contra, apenas se demora media hora. La corporación que dirige Miguel Genebat no inventa nada, sino que recupera el que ha sido el recorrido más “emblematico” de esta cofradía en su historia y que se vio obligada a abandonar, según cuentan los más viejos del lugar, hace ya casi medio siglo al incorporarse Los Javieres al día.

Via: www.elcorreoweb.es