Hermandad de Ntra. Señora de la Paz

El edificio de la antigua Iglesia Parroquial de Santa Cruz, del que ya dimos noticia al hablar de la Hermandad Sacramental, era una antigua edificación que primero se usó como mezquita y posteriormente como sinagoga, hasta que en 1.391 fue erigido en templo parroquial. Se trataba pues de una construcción padecedora de achaques crónicos propios de su antigüedad. Según se cree, uno de los personajes que actuó como mecenas protector del templo fue el arzobispo de Sevilla, Don Pedro González de Mendoza, quien fue designado en 1.474 cardenal de la sede de Toledo, bajo el título de la Santa Cruz de Jerusalén. Posiblemente no fue una casualidad la adopción de tal título, quizá por la vinculación de este prelado con la Iglesia de Santa Cruz de nuestra ciudad. Desde la capital toledana, el citado cardenal hace llegar a esta parroquia una imagen de la Virgen con el título de la Paz, advocación establecida en Toledo desde tiempos de Alfonso VI.

La primera ubicación conocida de esta Imagen fue en un retablo adosado al muro del templo, concretamente a la derecha del altar mayor. Con el transcurrir del tiempo, la Virgen de la Paz fue consiguiendo la devoción de los feligreses, de forma que le fue fundada un Hermandad en su honor con el objeto de practicar ante ella el rezo del Santo Rosario. Esta Hermandad, es creída como fundada a principios del XVII, pero documentos que acrediten su existencia como entidad autorizada por el arzobispado no consta hasta el año de 1.719, adoptando el título de Ilustre Hermandad del Santísimo Rosario de Nuestra Señora de la Paz. Esta Institución resultó ser floreciente durante el siglo XVII y parte del XVIII, plateándose colocar a la Imagen en un lugar más digno de la Iglesia, como era la Capilla del Descendimiento, para lo cual concede permiso su propietario Don Nicolás de Silva. Sin embargo, ello no fue necesario ya que un hermano cuyo nombre no consta, costeó a sus expensas nueva capilla con camarín y reja en el ángulo superior del templo, colateral con el lado del evangelio del altar mayor.

Además de la novena que se celebraba en honor de la Virgen de la Paz, y el rezo del Santo Rosario ante su Imagen, que en determinadas épocas llegó a ser diario, la Hermandad realizó con frecuencia Rosarios públicos que se rezaban por las calles del barrio, para lo cual disponía de tres bellos simpecados los cuales se conservan en las dependencias de la Hermandad de Santa Cruz. Es muy posible que Nuestra Señora de la Paz fuera sacada procesionalmente en los límites de la feligresía, pero sobre este particular no se ha encontrado documentación fehaciente.

En el año 1.776 les fueron aprobadas nuevas Reglas por el arzobispado hispalense, las cuales fueron ratificadas por el Consejo de Castilla mediante Real Cédula del Supremo y Sala de Gobierno de su Majestad el 4 de Noviembre de 1.788. Tras el derribo de la antigua Iglesia Parroquial de Santa Cruz en 1.810, la Hermandad intentó sin éxito acompañar a los destinos de la Parroquia que se trasladó al actual templo de Santa Cruz, siendo sus deseos establecer su sede en la Iglesia de la Parroquia de Santa María la Blanca, a lo que se opuso el Cabildo Catedralicio, que la obligó a mantenerse unida a los destinos de la parroquia a la que siempre había pertenecido. De esta forma, acaba instalándose en la actual Iglesia de Santa Cruz en 1.810, ocupando el retablo ubicado en el testero del crucero perteneciente al lado de la epístola. De este edificio y por los mismos motivos que dijimos al hablar de la Sacramental, se trasladó al Oratorio de los Venerables Sacerdotes, donde permaneció la Institución precariamente establecida hasta el 29 de Junio de 1.840, formando en la procesión de traslado definitivo a la nueva sede parroquial – antigua Iglesia de los Menores -, la Imagen de la Virgen.

Venerada nuevamente la efigie de Nuestra Señora de la Paz en el retablo ya citado, este sufre las consecuencias de un incendio poco antes del mes de Noviembre de 1.874 el cual le afectó de manera importante; igualmente se vio afectada la imagen de la Señora. Para solventar la sustitución del retablo se obtiene por parte del Párroco otro procedente del extinguido Convento de la Asunción, que finalmente no fue utilizado para el fin que estaba pensado, sino que se colocó en otro lugar de la Iglesia como ya explicamos al hablar de la Sacramental. Tras tomar esta determinación, se le encarga al prestigioso Virgilio Mattoni un boceto para la construcción de un nuevo retablo hacia 1.876, el cual se conserva en las dependencias de la Hermandad Santa Cruz. También se desestimó esta posibilidad, optándose por la restauración del primitivo retablo, que es el que hoy se sigue conservando en el testero del crucero en el lado de la epístola.

La imagen de la Virgen de la Paz que donara el Cardenal Don Pedro González de Mendoza, creemos que es la que hasta el momento que llevamos historiado veneró la Hermandad, si bien se puede pensar que primitivamente era una efigie toda de talla, y después reconvertida para poder ser vestida. Por tanto, esta bien podría ser la imagen afectada por el incendio al que nos hemos referido. Debido a la antigüedad que presumimos para la imagen primitiva, y los daños que sufriera en el incendio, llegó a la Iglesia de Santa Cruz alrededor de 1.879, otra imagen de la Virgen, que advocada del Rosario, se encontraba prácticamente sin culto en el templo parroquial de la Magdalena. Esta efigie sería a la que partir de ese momento veneraría la Hermandad, la cual, tras una gran decadencia que comienza a finales del XIX y que continuaría en los primeros años del siglo XX, acabaría fusionándose con la Hermandad Sacramental de la Parroquia el 7 de Enero de 1.907. Finalmente digamos que se desconoce el paradero de la primitiva imagen de la Virgen de la Paz, y que la bella efigie que la sustituyó recibe culto actualmente presidiendo el altar mayor de la Iglesia Parroquial de Santa Cruz.

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