Lectura del santo Evangelio según San Mateo
En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
« ¿Quién es más grande en el Reino de los cielos?»
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «Yo les aseguro a ustedes
que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos.
Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de
los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles,
en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo». (Mt. 18, 1-
5-.10)
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También a los discípulos de Jesús les surgían estos aires de posesión que tiene todo
hombre; por eso le preguntan a Cristo quién será el primero en el Reino de los Cielos.
Sin embargo, Jesús les dice que aquel que sea como un niño. Respuesta un poco
desconcertante porque todos eran ya mayores de edad y como que eso de volver a
las cosas de niños no se vería muy bien en ellos. Obviamente, Jesús se refería a ser
como niños en el espíritu, porque si alguien nos da ejemplo de inocencia, sencillez,
pureza, sinceridad cariño, son precisamente los niños. En ellos no se da la doblez,
morbosidad, envidia que desgraciadamente florece en algunas personas mayores. Los
niños conquistan a todo el mundo precisamente por su espontaneidad e ingenuidad,
que nace de su sencillez.
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