Lectura del santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, dijo el Señor:
–Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve
del campo, ¿quién de vosotros le dice: «Enseguida, ven y ponte a la mesa?»
¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después
comerás y beberás tú?» ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo
mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:
«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer». (Lc. 17, 7-10)
“¿Quién de vosotros?”, ninguno de los oyentes dijo “yo”. En las relaciones con Dios hay
obligaciones que “toca” asumir con responsabilidad y es que sólo una persona libre
puede responder a una exigencia. Claro que nos resistimos a la idea de un Dios “amo”
y nos identificamos más con la imagen dulce del Dios “padre” de Jesucristo, pero lo
cierto es que a un padre también se le sirve, se le atiende, se le corresponde con amor
y confianza, se le obedece y respeta, precisamente porque es padre. Y Dios, Padre
amoroso, merece ser servido.
Deja un comentario