Lectura del santo evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús decía:
– ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió:
– ¿A qué compararé el Reino de Dios?
Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta. (Lc. 13, 18-21)
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Dos palabras brevísimas, simples, evidentes y de tema cotidiano sirven para describir la naturaleza del reino. Este es humilde, pequeño y escondido como la simiente de la mostaza o la levadura que se pierde en la masa del pan. En cualquier caso, contienen una energía capaz de generar un arbusto que acoja a los pájaros del cielo, o fermente 25 kilos de harina. Esta es la historia de la Iglesia: un humilde predicador ambulante recorre una región oscura del imperio romano, dando origen a una comunidad nueva y, sobre todo, abriendo la puerta de un Reino de plenitud y vida.
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